Transmitiéndole buenos hábitos de higiene bucal, que es una de las lecciones de salud más importantes que puede enseñarle. Esto significa ayudarlo a cepillarse por lo menos dos veces al día, mostrarle la forma adecuada de utilizar el hilo dental, evitar el consumo de alimentos entre comidas y llevarlo al odontólogo periódicamente.
La mayoría de los dentistas recomiendan que los niños comiencen a visitar el consultorio dental a los dos años. Esto ofrece la oportunidad de controlar el crecimiento y el desarrollo dental del niño, y le brindará a usted la oportunidad de aprender sobre el desarrollo de los dientes, sobre la necesidad de utilizar fluor, sobre cómo ayudar a su hijo a mantener una correcta higiene bucal, cómo resolver los hábitos bucales de su hijo (como el uso de un chupete), aspectos sobre la dieta y la nutrición, y cómo prevenir las lesiones bucales.
Siempre comente que la visita al odontólogo es una experiencia positiva. Explique a su hijo que esto ayuda a mantener una buena salud bucal. Ya que se fomentará una actitud positiva, que aumentará las posibilidades de que su hijo vaya al odontólogo periódicamente durante toda la vida.
Se aconseja la supervisión del cepillado de su hijo hasta los seis años, siguiendo las siguientes instrucciones:
El reflejo de succión es normal y saludable en los bebés. Sin embargo, si continúa después de haber erupcionado los dientes permanentes, entre los cuatro y los siete años, este hábito puede provocar problemas con el crecimiento de la boca y la mandíbula, así como con la posición de los dientes. La succión habitual del dedo hace que los dientes anteriores se dirijan hacia afuera ocasionando una mordida abierta. Lo cual puede ocasionar problemas en la edad adulta, tales como desgaste prematuro de los dientes, mayor cantidad de caries y molestia al morder. La succión de chupetes una vez que aparecen los dientes permanentes produce problemas similares.
El mejor modo de resolver el hábito de succión (chupadedo) es a través del refuerzo positivo, sin utilizar palabras ni conductas negativas. Su hijo sólo está haciendo lo que le parece natural. Elógielo cuando no lo haga. Intente corregir la ansiedad que da origen a dicho hábito. El dentista o el pediatra también pueden recetar algún producto de sabor amargo para recubrir el dedo y evitar la succión o bien algún aparato que le recuerde que no debe succionarlo
Dado que el hilo dental elimina los restos alimenticios y la placa depositada entre los dientes, que es un lugar donde no llega el cepillo; se recomienda que a partir de los cuatro años, comience a utilizar hilo dental con sus hijos.
A los ocho años, la mayoría de los niños pueden comenzar a utilizar el hilo dental por sí mismos.
Los selladores de fisuras crean una barrera altamente eficaz contra las caries, ya que son delgadas capas plásticas que se aplican a las superficies de masticación de los dientes posteriores permanentes del niño, donde se forman la mayoría de las caries. La aplicación de un sellador no es dolorosa y se puede efectuar en una sola visita al odontólogo. Él le indicará si un sellador es necesario para sus hijos.
Odontología conservadora